Además de la instalación de los equipos, se ha formado a 30 personas – monitores deportivos, encargado del polideportivo, policía local, auxiliares de policía, profesores del colegio e instituto – en el uso de los desfibriladores y en técnicas de RCP y próximamente el ayuntamiento realizará un curso para formar a los trabajadores de los comercios del municipio cercanos a estos equipos. En total se “El objetivo -señala María Teresa Ávila, concejala de urbanismo de Alameda- ofrecer la máxima capacidad de respuesta en caso de accidente cardiaco”.

Con la instalación de estos cuatro desfibriladores, Alameda confirma su compromiso de la salud de sus ciudadanos y visitantes. “Para el ayuntamiento, la cardioprotección es una prioridad clave en su estrategia de mejorar la atención sanitaria y modernizar el municipio, para asegurar la salud y el bienestar de los vecinos”, afirma la concejala de urbanismo. “En este objetivo -añade María Teresa Ávila-, nuestra intención es instalar el próximo año otro desfibrilador en otra zona del municipio”.

Para la concejala, la cardioprotección sigue siendo una asignatura pendiente en España. “Nosotros hemos tenido clara sus importancias. La parada cardíaca no avisa, y cuanto antes se actúe mayores son las probabilidades de supervivencia y reducción de secuelas posteriores. La cardioprotección es muy importante para salvar vidas y por el bienestar y salud de nuestros vecinos hay que instalar desfibriladores”.

El término municipal de Alameda, con casi seis mil habitantes, el situado más al norte de la provincia de Málaga, se extiende sobre una llanura en la que sólo unas pequeñas elevaciones rompen la horizontalidad de un paisaje en el que abunda el olivar, como corresponde a un territorio cercano a las campiñas de Córdoba y Sevilla. Desde el Neolítico, el actual casco urbano ha sido base para diferentes asentamientos humanos, fue un enclave importante en tiempos de Cartago y durante el imperio romano, ya que por el actual municipio pasaban 3 calzadas romanas.