En ocasiones las dificultades económicas, incluso ante la propia asesoría, paraliza a las empresas en la toma de decisiones difíciles, adoptando la “táctica del avestruz”, no analizando con la suficiente objetividad la situación en la que se encuentra la empresa y no tomando las decisiones convenientes, que puede ser incluso el cierre de la actividad.

En momentos como los actuales, los profesionales de la asesoría pasan de ser consultores técnicos en temas laborales, tributarios o mercantiles a ser consejeros empresariales en sentido amplio e incluso confesores y psicólogos de sus clientes, intentando en la mayoría de ocasiones tranquilizarles y en otras hacerles reaccionar ante la falta de toma decisiones por parte del cliente.

¿Cómo ayuda AGL?Dando una visión más objetiva de la situación de cada empresa, pudiendo aportar una comparación con otras empresas del sector que se pueden encontrar en condiciones similares a las vuestras.

Aportando su experiencia y conocimiento del mundo de la empresa para ver cuáles son los puntos débiles y la fortalezas de vuestra empresa.

Aconsejando cuál es la prioridad en las acciones a tomar: medidas en relación al personal, importancia de la liquidez en los próximos meses, búsqueda de financiación a través de préstamos ICO y sus alternativas, negociación de contratos de alquiler, refinanciación de deudas y como última medida el cierre de la empresa.

Analizando los estados financieros de la empresa y preparando planes de tesorería para tener previsiones de posible falta de tesorería con suficiente antelación.

Informando sobre las ayudas existentes en la actualidad, sobre su tramitación, plazos de resolución y posibilidades de ser aceptadas.

Desde AGL se plantean las situaciones con la mayor objetividad y rigor, evitando la visión más subjetiva que tienen sus clientes y que a veces les impiden ver su situación con suficiente claridad.

Incluso plantean en los casos más extremos que la opción más aconsejable es el cierre o la presentación de concurso de acreedores para evitar que las deudas aumenten y se conviertan en inasumibles, con posible derivación de responsabilidades al administrador de la sociedad. Ello ha ocurre en diversas ocasiones en AGL, pudiendo el cliente salvar su patrimonial personal, reinventarse e iniciar nuevos proyectos empresariales con éxito y sin la carga de una “mochila” de deudas, gracias a haber tomado esa decisión en el momento adecuado.

Por tanto, su consejo es adaptar la frase a la situación actual y ponerla en práctica: “tenemos que hablar… con AGL”. “Seguro que AGL nos podrá ayudar”.

Atienden por teléfono, Zoom, Skype.